Ni en hostelería ni a través de tiendas propias, las apuestas deportivas sólo se explotarán en casinos, bingos y salones en Cataluña.

No es la propuesta definitiva porque hay unas elecciones autonómicas de por medio, pero si el actual proyecto de regulación de apuestas deportivas en Cataluña se retomase tras los comicios con las actuales bases el mercado dibujaría un escenario con terminales de apuestas en bingos, salones, casinos y probablemente establecimientos deportivos, pero poco más.

Las apuestas se quedan fuera de la hostelería, como así nos ha aclarado Amadeu Farré, director general de Tributos y Juego de la Generalitat, en un "modelo a la madrileña", pero con estilo propio y un toque catalán. Esta característica singular sería la eliminación de las tiendas propias de apuestas, una opción que no se incluye en el borrador pero que debería tenerse en cuenta vistas las alegaciones presentadas por las diferentes asociaciones que han participado en el proceso de información pública.

"No han sido demasiadas las alegaciones que se han presentado, pero hay bastante coincidencia entre ellas. El criterio ha sido bastante común y la mayoría apunta a que se controle la instalación de estas tiendas", señala. Se intenta evitar que compitan con la hostelería y las máquinas tipo B que en ella hay instaladas, así como con los negocios dedicados al juego que ya existen.

"La intención es proporcionar más productos para los locales de juego y no que aumente la competencia que hay sobre ellos", incide Farré.

Por tanto, las terminales auxiliares a las que se hace referencia en el proyecto se excluyen por completo de la calle, entendida esta como todo aquel negocio ajeno a la industria del juego porque así está establecido en la Ley del Juego actual. "Esta ha sido siempre nuestra intención y lo hemos manifestado siempre que hemos podido", reitera el director de Tributos.

No quiere decir que no haya margen para el cambio, más aún si saliera otro Gobierno de las urnas. El proyecto se ha presentado y ha iniciado sus trámites porque así estaba en la agenda del departamento y para además "ganar tiempo y tomar el pulso al sector".

"Con esto hemos adelantado bastante y aunque no sabemos qué pasará en las elecciones, el Gobierno que venga encontrará parte del trabajo hecho aunque, como saben, todos los proyectos que se encuentran en trámite administrativo decaen", explica Amadeu.

Si repiten en el poder y el próximo director fe Tributos lo estima conveniente, el proyecto podrá seguir su curso con parte del trayecto realizado. Si no es así, habrá que comenzar de nuevo.

En cuanto a la posibilidad de que se unifiquen criterios reglamentarios a nivel nacional como se proclama desde diversos sectores, Farré se muestra bastante escéptico aunque coincide en apuntar que es necesario igualar reglamentaciones, "algo que ya se va a haciendo". Sin embargo, recuerda que cada región tiene competencias exclusivas en esta materia y será difícil el acuerdo.

Fuente: opergame.com

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