Crear argumentos en las apuestas deportivas, no es lo mismo que encontrarlos
A la hora de apostar, lo habitual es buscar argumentos para convencernos y así ver si la cosa tiene coherencia. Hasta aquí lo normal, pero también es muy habitual, sobre todo cuando se empieza, el crear argumentos para autoconvencernos de que nuestro pronóstico es bueno. Aquí empieza el error.
Una buena apuesta no requiere crearle argumentos, ella misma te los debe dar siempre. No son necesarios enrevesados motivos para justificarla, una explicación sencilla, clara y concisa, debe ser más que suficiente.
Es como cuando en el colegio hacías el examen de sociales, el de literatura o el de naturales; había días en que no lo tenías claro y escribías la gran parrafada con argumentos superfluos que no venían al caso. En cambio, el día que lo tenías claro, en dos líneas respondías y convencías. Pues en esto igual, cuando los motivos para hacer una apuesta no son nada claros o demasiado rebuscados, lo mejor es descartarla. Cuando son claros, no necesitas darte mucha explicación para hacerla. Como siempre, podrá salir o no salir, aunque, si tu criterio es bueno, la mayoría de las veces saldrá.
Si hablas con los grandes tipsters, verás que ellos nunca se arrepienten de haber hecho una apuesta, o al menos casi nunca. Cuando fallan, su pensamiento sigue siendo el mismo que antes de hacerla: estaba bien tirada.