Estaba la cosa muy tranquila entre el final del SCOOP y el inicio de las World Series of Poker®, pero el ambiente se ha tenido que enturbiar con un nuevo capítulo sobre uno de los temas más farragosos del mundo del poker, el caso Eurovegas.

Ayer conocíamos que Mariano Rajoy se entrevistó con Sheldon Adelson y aunque no se llegó a ningún acuerdo en concreto, el presidente del gobierno afirmó que el proyecto le parece bueno, lo que hace entrever que en un futuro no muy lejano puede haber cambios en algunas leyes (principalmente en la ley del tabaco).

Un día después de esa reunión «secreta», el multimillonario norteamericano aprovechó la ocasión para aclarar algunos puntos, o mejor dicho, para lanzar su anzuelo con el objetivo de «pescar» algún beneficio. Lo cierto es que hubo muchas prisas para anunciar la llegada de Eurovegas a Madrid, pero en los últimos meses el proyecto parecía olvidado. Por eso Adelson se apresuró a desvelar algunos detalles de dicha reunión.

“Este no es un proyecto pequeño. Se necesita mucho tiempo para ponerlo en marcha”. “No me parece que vaya a haber problemas con la reforma de la ley antitabaco”. “El proyecto cuenta con la financiación necesaria para llevarse a cabo”. “El gobierno español apoya mucho el proyecto”.

Adelson pasó de puntillas sobre todos los temas “candentes de Eurovegas”, seguramente con la intención de presionar un poquito más a los políticos e ir ganado terreno sin perder tiempo. De hecho, el presidente de la Comunidad de Madrid se apresuró en asegurar que en el plazo de mes y medio podrían quedar solucionadas muchas de las trabas legales que en su día mantuvieron enquistado el proyecto.

Mientras tanto, el empresario valenciano Enrique Bañuelos presentará hoy mismo a los inversores que permitirán que Barcelona World, el rival de Eurovegas que se ubicará en Salou, vea la luz. Como no podía ser de otra manera, el enfrentamiento entre ambas ciudades está servido.

No nos llegaba con los derbis deportivos que ahora también tenemos que ver a las administraciones enfrentadas en el clásico “culo veo, culo quiero”.

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